Las naves industriales son estructuras urbanas heredadas de la Revolución Industrial, que, como su nombre lo indica, sirven a diversos propósitos que van desde el almacenaje de mercancías, pasando por los procesos de producción y manufactura, y llegando a operar como centros de distribución.
Debido a este carácter multifuncional, la vida de las ciudades, tal como la entendemos y experimentamos en la actualidad no sería la misma sin la existencia de los también llamados parques, zonas o polígonos industriales.
El motivo principal por el que su invención marcó un antes y un después en la historia es que al tener estos espacios la capacidad para operar de manera autónoma, los procesos que tienen lugar en ellos –y que antes se llevaban a cabo de forma independiente en distintas locaciones– ahora se realizan de manera simultánea y más eficiente en un mismo lugar.
Este tipo de edificación se lleva a cabo en zonas preferentemente altas de la urbe y la construcción puede tener como base tres diferentes estructuras, dependiendo del uso al que estarán destinadas. A continuación le decimos cuáles son las características de cada una, qué materiales emplean y a qué objetivos de uso responden mejor.
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- Estructura de acero: simplifica el proceso y acorta los tiempos de construcción. Es la adecuada para proyectos que requieran espacios amplios e iluminados. Una buena opción para asegurar larga vida a este tipo de estructura es optar por lámina galvanizada como material para los techos.
- Concreto prefabricado: es la alternativa para proyectos en los que la iluminación y los techos elevados no sean una prioridad. Funciona bien, en ciertos casos, para fines de almacenamiento.
- Concreto “in situ”: se trata de un sistema de concreto que se instala de antemano en el sitio donde estará la construcción. Su ventaja más importante es que resulta una inversión muy económica, pero en contraparte los espacios de este tipo de estructura se caracterizan por su escasa iluminación.
- Estructuras mixtas: en ellas se utilizan tanto el acero como el concreto, por lo que dependiendo de las proporciones y el uso que se dé a cada uno de los materiales, pueden ofrecer los beneficios de uno y otro tipo y suponer un ahorro considerable en materiales.
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