Recubrimientos para metales. ¿Por qué son tan importantes?

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Julio 2016

 

El mundo moderno se encuentra rodeado por materiales metálicos que hacen que la vida diaria sea mucho más fácil y segura para los seres que lo habitamos, encontramos metales como el tubo galvanizado en las tuberías.

 

Sin embargo, al entrar en contacto con los elementos del medio en el que se encuentran, los metales sufren transformaciones físicas y químicas que los degradan, reduciendo su utilidad y llegando a deteriorarlos por completo; aquellos metales que se encuentran en contacto constante con agua, pueden corroerse. Por esta razón, se recomiendan los recubrimientos, que aportan diferentes propiedades para prolongar su vida útil y su apariencia estética.

 

 

Básicamente, el recubrimiento consiste en proteger un metal con otro de menor valor económico como el aluminio, el zinc o el cadmio, pero en otros casos se utilizan metales de mayor calidad y precio como el níquel, estaño, oro o plata en beneficio del hierro, al igual que aleaciones como acero inoxidable por su alta resistencia a la corrosión.

 

Las técnicas más comunes son la inmersión del metal en otro en estado fundido para que se forme una capa intermedia de aleación de ambos metales, por lo que se obtiene un recubrimiento uniforme y efectivo; la laminación es otra técnica muy efectiva, que consiste en laminar juntos los metales superpuestos, provocando gran adherencia en ambos metales. Otra técnica muy utilizada es el galvanizado, mediante la cual se cubre un metal con otro mediante un proceso electroquímico.

 

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