Septiembre 2018. El acero es uno de los materiales más utilizados en la industria de la construcción, se caracteriza por su versatilidad y adaptabilidad en los proyectos. Se considera acero a todos aquellos productos cuyo porcentaje de carbono sea entre el 0.05 y 1.7%.
El acero tiene la característica de ser más resistente y maleable que el hierro. También cuenta con propiedades que pueden ser manipuladas para lograr que el producto satisfaga las necesidades para el proyecto que se requiera a través de tratamientos con trabajo mecánico, calor o aleaciones.
Tipos de tratamientos del acero:
1.- Tratamientos superficiales
Uno de los principales problemas del acero es que se oxida cuando está en contacto con el agua o la atmósfera, para evitarlo se somete a tratamientos superficiales para cubrir la superficie con un material que evitará que la corrosión dañe el acero.
Existen diferentes tipos de tratamientos superficiales como son: cromado que consiste en un embellecedor superficial para evitar la oxidación, galvanizado para recubrir con zinc, pavonado esta técnica se aplica sobre todo en piezas pequeñas para recubrir con una capa superficial de óxido, niquelado que es una proceso parecido al cromado o pintura que sirve como recubrimiento protector.
2.- Tratamientos térmicos
Con este tipo de tratamientos se logra modificar las propiedades del acero como su tenacidad, resistencia mecánica y dureza. A diferencias de los tratamientos superficiales, éste no aporta elementos químicos.
La forma en la que se realizan es calentando el acero a una temperatura que sea inferior a la de fusión para modificar la constitución del material. Después se enfría a diferentes velocidades con base en el tratamiento que se le quiera aplicar, el cual puede ser: revenido, temple, recocido y normalizado.
Para lograr las diferentes velocidades de enfriamiento el acero se somete a baños de agua o aceite, se pueden usar agitadores o dejar que enfríe en calma.
3.-Tratamientos termoquímicos
Este tipo de tratamientos se realizan cuando se requiere que el acero tenga propiedades específicas que no son naturales en su constitución, por ejemplo que tengan una levada dureza y resiliencia. Para logarlo se modifica de manera superficial la composición de los materiales para que no afecte su composición interna. Se pueden hacer tratamientos con cementación con carbono, nitruración con nitrógeno, cianuración y sulfinización.
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