Las rejas, como elementos arquitectónicos, han servido desde la antigüedad para el resguardo o delimitación de espacios, esto con diferentes usos que van desde el cercado para evitar el escape del ganado hasta la protección de imágenes o estatuas de culto.
Aunque en principio los materiales que se ocupaban para su elaboración eran madera y hierro, el desarrollo de la siderurgia ha permitido crear estas estructuras a partir de mallas de acero que con soportes, placas y abrazaderas sirven, como se ha dicho, básicamente para la protección y delimitación de algo que, sin embargo, quiere ser mostrado, o bien para separar un espacio de otro sin limitar del todo la visión del interior hacia el exterior y viceversa.
Rejas para ventanas, jardines, piscinas, parques y demás lugares en los que nos encontramos diariamente, contrastan con aquellas cuyo fin es brindar máxima seguridad, como las que se emplean para delimitar cárceles, zonas militares, bóvedas y demás sitios en donde la función de una reja va más allá de la división de espacios.
Tipos de rejas por función
Así, existen varios tipos de rejas según su finalidad, las cuales podrían dividirse de la siguiente manera:
- De división: se trata de rejas destinadas a separar un lugar de otro para tener una mejor organización general del espacio; como aquellas que cercan as áreas infantiles de las deportivas dentro de un parque.
- De protección: son las que se destinan al cuidado de sitios restringiendo el acceso a ellos. Ejemplo de este tipo serían aquellas colocadas para evitar que la gente traspase un jardín o el área de un monumento.
- De seguridad: se trata de rejas instaladas para evitar la entrada o salida a un espacio, tales como las instaladas en prisiones, que impiden que los reclusos escapen, o las que se tienen en casas y diversos sitios con la finalidad de salvaguardar lo que se encuentra dentro.
No obstante, al ser la protección el común denominador de la función de una reja, es imprescindible pensar en estrategias para que éstas no puedan ser violentadas.
El alambre de púas convencional o la concertina ofrecen excelentes opciones para ello, aunque la segunda es la que brinda una mejor protección debido a que, si bien ambas son de fácil instalación y pueden colocarse casi sobre cualquier tipo de reja, su resistencia es muy superior gracias a su fabricación con acero inoxidable o al carbón galvanizado por inmersión en caliente, mostrando gran resistencia a la corrosión y al corte con cizañas.